Eugenio Tironi, presidente ejecutivo de TIRONI e integrante del Círculo Empresa y Sociedad de ICARE, se refiere a que si las empresas chilenas quieren ser globales, primero deben ser multiculturales. Plantea cómo a través de los pueblos originarios se puede aprender multiculturalidad. Puedes ver el video de su columna o leer la transcripción de sus palabras a continuación.
«Las empresas chilenas están condenadas a globalizarse. Somos un mercado pequeño. Hay inmensas oportunidades en América Latina y en otras regiones del mundo. Las empresas chilenas tienen know how, tienen competencia humana, tienen tecnología, tienen capital, tienen recursos. Para dar ese paso ya aprendimos una cosa, que no bastaba con enviar ejecutivos chilenos para que se hicieran cargo de los negocios fuera de nuestras fronteras. Eso era un fracaso y fue un fracaso rotundo.
Sabemos que tenemos que trabajar con ejecutivos, con profesionales de los países donde las empresas operan. Pero falta un segundo paso hoy día, es que los núcleos corporativos de las empresas chilenas se conviertan en núcleos multiculturales, o sea uno ve las grandes empresas globales y sus principales ejecutivos vienen de todos los países del mundo. Pueden ser chinos, pueden ser coreanos, pueden ser indios, pueden ser paquistaníes, pueden ser americanos, noruegos.
Creo que las empresas globales o con vocación de globalización chilenas van a tener que dar ese paso. Y también los ejecutivos chilenos van a tener que aprender a moverse en entornos multiculturales. Salir de su zona de confort, salir del barrio, barrio que además tiene una universidad donde van los viejos amigos de la familia o de la parroquia. Y por lo tanto es un mundo completamente protegido de las incertidumbres, de los riesgos, de la diversidad, de la variedad que impone el mundo de hoy y la globalización.
Desde el punto de vista de nosotros los chilenos, tenemos una manera de aprender multiculturalidad en casa. Eso tiene que ver con nuestro entendimiento con los pueblos originarios. Mientras no los comprendamos, mientras no asumamos su cosmovisión como parte de la nuestra, mientras no les devolvamos los recursos que alguna vez fueron expropiados, mientras no tengamos con ellos una relación adulta, que se basa en el respeto reciproco, es muy difícil que podamos aprender multiculturalidad y por esa vía es muy difícil que podamos seguir globalizando las empresas chilenas».