“Independientemente de las dificultades y los problemas que se asocian al envejecer, las personas siempre tenemos la posibilidad de hacerles frente de una forma saludable que contribuya a nuestro bienestar. Ahí radica nuestro mayor poder”, afirmó la psicóloga de la Universidad de Chile, Daniela Thumala, en el Foro “Vivir hasta los 100 y +”.
En su presentación, la psicóloga comentó que su última investigación estuvo relacionada con los recursos psicológicos que se van desarrollando a medida que uno envejece.
“La vida no se reduce solamente a nuestra dimensión biológica. Somos más que eso. Somos sistemas psíquicos, personas integrales que vamos más allá”, afirmó Thumala. Con ello, se refiere a que las dimensiones psicológica y social tienen aspectos que son igual de fundamentales, y que si se toman en cuenta pueden marcar grandes diferencias.
“¿Dónde se ponen en juego los recursos?”
Durante la vejez se acumulan pérdidas, sin embargo, estas no implican que las personas tengan bajos niveles de bienestar o satisfacción en su vida. Esa es la Paradoja de la felicidad o el Envejecimiento. Cuando se enfrentan dificultades, se ponen en juego los recursos que se tienen. Envejecer es un desafío donde se deben aplicar aquellos psicológicos y sociales.
La psicología propone que el bienestar se logra mantener gracias a los procesos de afrontamiento. Es decir, “las acciones específicas, intrapsíquicas, (lo que pienso o siento) o conductuales (lo que todos observan), que desarrollamos las personas para enfrentar el estrés. Y las pérdidas han sido descritas como una de las experiencias de estrés más grande que viven las personas”, explicó la psicóloga. Cómo enfrentamos lo que nos pasa parece explicar cómo es que logramos mantenernos bien a pesar de las dificultades que enfrentamos.
La recuperación del bienestar se asocia a una forma de afrontamiento que se ha llamado Acomodación, compartió Thumala. Tiene que ver con el ajuste flexible de nuestras metas a las opciones disponibles. Este estado se activa como posibilidad luego que determinadas metas personales o condiciones son bloqueadas. No se busca, se gatilla cuando la opción de manipular el entorno ya no es posible.
El proceso de acomodación
Las personas que superan este proceso, se sienten bien, en paz, tranquilas y logran altos niveles de bienestar. Para lograrlo, hay que enfrentar las pérdidas. Sin embargo, Daniela afirmó que, “la pérdida la define el que la vive. Uno puede ayudarse a que el proceso se vaya dando con más o menos dificultades”.
La psicóloga explicó que para atravesar el proceso de acomodación se debe tomar conciencia de la situación de pérdida, así como lograr un interjuego entre aceptar la experiencia emocional pero también regular las emociones.
También, la pérdida debe tener una significación, es decir, buscar un sentido, como también se debe hacer uso del humor, que “parece ser una suerte de proceso estrella, realmente sano, saludable y que lo tenemos que aprender a cultivar”, afirmó Thumala.
Es fundamental también, la búsqueda o aceptación de apoyos, sociales y espirituales. Por último, la reorganización de la vida práctica también es clave, se deben establecer nuevas opciones, planificar temas económicos y materiales, mantener actividades de interés y orientarse a la solución de los problemas.
Daniela fue clara al señalar que los mayores son sujetos activos y que se comprometen en procesos que favorecen la acomodación, lo que da cuenta de los recursos psicológicos que sí hay en esa etapa y que se han venido desarrollando. “En la medida que envejecemos, vamos perdiendo masa muscular, pero ganamos musculatura de afrontamiento, para enfrentar dificultades y problemas”, concluyó.
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