El profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), Ignacio Martin, presentó en el XX Congreso de Personas y Organización de ICARE: “La empresa que se nos viene”, realizado el pasado 23 de octubre.
Martin expuso sobre la transformación en las organizaciones y cómo estos ecosistemas la se están enfrentando. El economista señaló que si bien se está afrontando, quedan dudas respecto a si se está haciendo de la forma necesaria. Entonces, ¿qué falta?
En primer lugar, convicción. Martin explicó que las empresas chilenas han tenido bastante éxito y así es difícil plantearse el cambio. “Convicción implica darse cuenta que hay que hacer un cambio profundo y que hay que enfrentarlo”, señaló.
Por otro lado, una mentalidad exponencial. La tecnología actual crece de manera que se duplica la capacidad cada año y se reducen los costos a la mitad. Esto implica que no avanza un 10% cada año, sino que aumenta y disminuye el costo de forma exponencial. La mentalidad de las empresas debería ser tomando en cuenta esto.
Variables clave en un cambio
Otro punto es la transformación integral. “Una transformación digital no es digitalizar la empresa, es mucho más que eso. De hecho, la tecnología es simplemente lo que la permite, pero no la constituye”, señaló el economista.
Por ello, se debe pensar en todas las variables que inciden en una transformación organizacional. ¿Cuáles son? La estructura, la estrategia, el talento, la cultura y el propósito.
Por otro lado, es importante desarrollar ecosistemas. Para ello, se requiere pensar la organización como una acumulación de organizaciones colaborativas entre sí que se apoyan mutuamente, pero que también tienen independencia y autonomía.
Otro punto relevante tiene que ver con la experimentación y la agilidad. Experimentar implica salir del perímetro y lo conocido, lo que también incluye peligro. “Hay que tener la sensación de descontrol, de tener que acelerar y arriesgarse y jugárnosla, porque así es como está avanzando el mundo a esa velocidad”, señaló Martin.
Ignacio explicó la importancia de hacer la diferencia entre la falta, el error y el fracaso. De estos, del que se aprende es el fracaso, que es un resultado inesperado o no deseado que se produce cuando salimos de lo conocido y empezamos a entrar en espacios de aprendizaje.
Por su parte, la agilidad permite que los grupos se desarrollen con autonomía. La transformación debiera ser mucho más desde la vivencia y el acompañamiento, que desde el decreto.
Empoderar para triunfar
Lo anterior lleva a la necesidad de un cambio de liderazgo. “Cuando empezamos a enfrentar situaciones desconocidas, como las que estamos planteando ahora, se necesita un individuo capaz de integrar a un grupo para encontrar soluciones”, señaló Ignacio.
El nuevo liderazgo implica dar autonomía, empoderar y hacer que el grupo se movilice. “No es una dicotomía entre autonomía y alineamiento, sino la mezcla de los dos. Un buen liderazgo tiene que promover ambos. Eso permite que una organización sea ágil y se pueda transformar conjuntamente”, dijo el economista.
“Si tienen en cuenta estos seis puntos, en mi opinión, hay muchas más posibilidades de tener éxito”, cerró Martin
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