“Elevar la productividad significa encontrar mejores formas de emplear con más eficiencia la mano de obra, el capital físico y el capital humano”. De esta forma explicó la economista de Libertad y Desarrollo, Carolina Grünwald, su perspectiva sobre la productividad, en la Mesa Redonda ‘Coyuntura Económica y Perspectiva IPoM Marzo 2019’.
La economista constató que en 2016, en México se trabajó en promedio 2.250 horas al año y se ganó USD 15.400 en promedio al año por trabajador. Por otro lado, en Noruega las fueron 1.400 horas al año y USD 50.800. Por lo que a pesar de que hayan trabajado menos horas, ganaron 3,3 veces más que en México.
¿Qué implica lo anterior? El producto de trabajador por hora trabajada (PPP), en Noruega son USD 79, mientras que en México son 20 dólares. Por lo tanto, el país nórdico produce 3,9 veces más. “Trabajan menos, ganan más, pero son mucho más productivos”, afirmó Grünwald.
Más productividad, mejor calidad de vida
Carolina señaló que más productividad ayuda a acceder a mejores salarios, jornadas laborales más cortas o vacaciones más largas. “A fin de cuentas, da origen a mayor bienestar y calidad de vida”, añadió.
Además, aseguró que entre las explicaciones que encuentran los economistas a los períodos de poco dinamismo en la evolución de los salarios, se encuentra el ‘lento avance de la productividad´.
El nudo central: complejidad regulatoria
La economista explicó que uno de los grandes y principales problemas de la baja productividad chilena, es la complejidad regulatoria existente. Para ello, aludió a una comparación con diferentes países de la OCDE en 2013.
“Chile se gana el premio a la mayor complejidad de procesos regulatorios, con un excesivo número de normas, leyes y decretos. Y además, un tratado entre todas estas normas que es muy complejo de gestionar y entender”, señaló.
Grünwald reconoció que existe consenso en que se deben tomar medidas para aumentar la productividad. Ante eso, se ha sugerido atacar el problema desde diversas áreas, pero no se puede pretender solucionar abarcando todo al mismo tiempo.
Por otro lado, Carolina aludió al reciente lanzamiento de “Revolución Microeconómica”, del Ministerio de Economía. En él se visibiliza el retraso microeconómico que vivimos y que es una de las principales causas de nuestra baja productividad.
Algunos avances
La economista reconoció un avance ya haber centrado la discusión en el “área chica”. Así como en la necesidad de crear unidades especializadas para tratar el tema de la ineficiencia regulatoria (como las oficinas OPEN o GPS del Ministerio de Economía).
Otras mejoras que se han realizado en modernización desde el gobierno y que abarcan el Estado, son aquellas que implican reducir trámites y menos papeleos. También, la modernización tributaria y los esfuerzos que se han hecho en la modernización del mercado laboral, en proyectos como el teletrabajo o el estatuto laboral de jóvenes.
Aún falta
Sin embargo, sigue faltando una respuesta concreta al “cómo”. Carolina lo ejemplificó en las medidas contenidas en la agenda de la Comisión Nacional de Productividad (CNP) 2016. De ellas sólo un número bajo de estas ha sido implementado a la fecha.
En esa línea, el Acuerdo Nacional por el Desarrollo Integral se refiere precisamente al tema mencionado. Este propone “Institucionalizar la actual CNP, transformándola en un ente permanente, empoderado, con autonomía y con un rol ampliado”. Para que así, se pueda hacer seguimiento a la regulación, ver si las recomendaciones se hacen o no, y siguen el efecto deseado.
La CNP, en su último reporte anual, realiza muchas recomendaciones. Entre ellas, la formación de competencias para el trabajo, considerando que Chile no cuenta con un sistema de competencias integrado.
Para esto hace varias propuestas, como la creación de un Consejo de Formación Técnico Profesional Autónomo en el Ministerio de Educación. Además, de cambios al sistema de capacitación (en cuanto a la gestión de recursos), integrar necesidades del sector productivo a la oferta formativa, educación técnica, y mejorar la capacitación.
Hacia un sistema integrado
Finalmente, Grünwald dijo que uno de los ejemplos más concretos al cómo lo hacemos, es la recién anunciada reforma al Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence). Esta estaría en línea con la recomendación de la CNP frente al diagnóstico de que Chile no cuenta con un sistema de competencias integrado.
La idea del Sence es mejorar la oferta de programas y modificar la franquicia tributaria. De forma que dependa de la calidad y resultado de las capacitaciones y permita el acceso a los trabajadores por cuenta propia y mini pymes.
De esta forma se convertiría en un sistema dinámico, que se adapte a las necesidades de los distintos sectores productivos y grupos de trabajadores. Y que sirva especialmente a las pymes y empresas en crecimiento, además de que entreguen habilidades tecnológicas de última generación. Lo anterior, según Carolina, se traduce en “otorgar mejores trabajos y mayores salarios para las personas”.
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