El próximo 25 de octubre la ciudadanía chilena tendrá la oportunidad de elegir entre cambiar o mantener la actual Constitución.
En las cercanías del Plebiscito Nacional, el Círculo Legal de ICARE ha estimado oportuno ofrecer una serie de cuatro coloquios sobre los principales aspectos que deben considerarse al abrir un debate público sobre la carta constitucional.
El 12 de agosto realizamos el primero de los Coloquios Constitucionales, un espacio denominado ¿Qué debería incluir la Constitución?.
Una semana después, llevamos a cabo la segunda transmisión de esta serie, llamada Constitución y Gobernabilidad.
El tercer encuentro, denominado Protección Constitucional de Derechos, se hizo el martes 25 de agosto.
¿Qué derechos se deben tutelar constitucionalmente? ¿Cuáles no? ¿Qué rol cumplen los jueces en la determinación de dichos derechos?
Para ahondar en estos puntos, el espacio, moderado por Paula Vial, presidenta de Vial Abogados, contó con la participación de:
Sonia Montecino – Antropóloga, escritora y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2013.
Verónica Undurraga – Profesora de Derecho Constitucional de la Universidad Adolfo Ibáñez y directora de Espacio Público.
Sebastián Edwards – Doctor en Economía de la Universidad de California.
Transformaciones culturales, la «hoja en blanco» y las tragedias fundantes
Montecino apuntó que, antropológicamente, ve una serie de «cambios y transformaciones en la sociedad chilena».
En ese sentido, explicó que no atender dichas transformaciones podría generar un nivel de conflictividad como el vivido en octubre.
«Hay tensiones entre derechos que se reclaman y una narrativa constitucional que no los acoge», resaltó.
Asimismo, agregó que las instituciones están desacopladas de «estos cambios culturales que marcan la sociedad chilena, relacionados con lo diverso».
«Las estructuras culturales ascendales que nos han guiado durante mucho tiempo están resquebrajándose», recalcó.
Estos cambios, destacó la antropóloga, son los que nos llevan a un concepto de igualdad en la diferencia y cómo esto se traduce en el tema de nuestros derechos.
Por otro lado, enfatizó en la noción de lo fundacional y la «hoja en blanco», concepto que, desde la mirada antropológica, «no existe».
«Todas las culturas se arman sobre todas las hojas y oralidades de las cuales somos herederos», puntualizó.
Montecino también hizo referencia a los «sacrificios fundantes» o «tragedias fundantes», detallando cómo estos términos se relacionan con la forma en la que se construyen las sociedades.
Repensar los términos de convivencia
Por su parte, Undurraga apuntó que «tenemos un conflicto muy serio que quedó claro durante el estallido social».
«Cuando un pueblo decide darse una nueva Constitución es porque quiere volver a pensar los términos de convivencia«, destacó.
A su vez, señaló que el proceso constituyente es «una oportunidad de dialogar y decir cómo miramos el país».
«Esto se va a reflejar, tanto en volver a pensar la parte orgánica de la Constitución, como la de los derechos constitucionales«, afirmó.
Sobre este punto, detalló que los derechos constitucionales «son el reconocimiento de ciertos intereses prioritarios«, como libertad, autonomía y participación.
Además, recalcó Undurraga, también son, de alguna forma, «límites para el actuar del Estado».
«Estamos en un momento fundante, en el que se van a discutir esos aspectos de la Constitución», añadió.
Una Constitución protectora y transformativa a la vez
Para Edwards, los derechos sociales «deben y van a ser incorporados» en la Constitución, por un tema de tratados internacionales.
«Los derechos van a ser aprobados, pero cómo hacerlo de la mejor manera posible evitando daño colateral«, cuestionó.
En ese sentido, resaltó que lo que llama daño colateral se refiere a la creación de falsas expectativas.
«Hay que entender que no basta con meter los derechos en la Constitución, es mucho más complicado que eso», expresó.
Por otro lado, recalcó la importancia de distinguir entre dos tipos de constituciones: las protectoras y las transformativas.
«En mi opinión, en términos de derechos, en Chile hay que hacer una Constitución que combine ambas«, apuntó.
Agregó que hay logros de los últimos 30 años que deben protegerse y, al mismo tiempo, aspiraciones no cumplidas que hay que perseguir.
Al igual que Montecino, opina que no hay «hoja en blanco» y destacó como clave los puntos de referencia a usar en una nueva Constitución.
«La evidencia indica que los países con mejor calidad de servicios sociales y menor desigualdad, en general, no tienen todos los derechos sociales escritos en sus constituciones«, rescató.
Finalmente, el académico aseveró que «estamos ante una gran oportunidad» que no podemos desperdiciar.
«Me preocupa que hay ciertos grupos que piensan que es un carnaval y esto tiene un aspecto refundacional profundo«, puntualizó.