Hace setenta años, un grupo de destacados empresarios fundó el Instituto Chileno de Administración Racional de Empresas, ICARE. Es oportuno reflexionar sobre el legado y la evolución de esta institución y renovar nuestro compromiso con los principios que la han guiado desde su fundación.
Según su acta constitutiva, lo que sus fundadores buscaron fue crear una institución que contribuyera ‘a aplicar métodos científicos en la producción, reemplazando así la rutina y la improvisación’, estableciéndose también que ‘los principios y métodos de la administración racional de las empresas y de la organización científica del trabajo se logra por medio de la utilización planificada de los recursos materiales y humanos que intervienen en la producción’.
Adelantados a su tiempo, empresarios como Eugenio Heiremans, Hernán Briones, Raúl Sáez, Pedro Ibáñez, Alfonso de Castro y Osvaldo Rengifo, entre muchos otros, visualizaron la importancia de efectuar cambios significativos en la forma de gestionar las empresas, para adecuarlas a un mundo que se recuperaba de la Segunda Guerra Mundial. Ese mismo año, terminaba la Guerra de Corea, en medio de la Guerra Fría, y se empezaban a apreciar los resultados del Plan Marshall, que buscó recuperar las golpeadas economías europeas.
Siete décadas han transcurrido desde esa iniciativa vanguardista, y la semilla que sembraron esos empresarios ha generado abundantes frutos para el mundo de la empresa y para Chile.
Icare se fue transformando, con los años, en un reconocido punto de encuentro de la sociedad chilena. Autoridades, dirigentes empresariales y sindicales, académicos, parlamentarios y científicos, así como los medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil, han sido parte de una historia de logros relevantes, siendo el primero de ellos la capacidad de convocatoria para el diálogo y el debate con altura de miras sobre los grandes problemas del país y las soluciones que se requieren para enfrentarlos.
Icare ha estructurado su labor a través de círculos temáticos que reúnen a empresarios y profesionales destacados, según sus especialidades. Así, sus círculos abordan los aspectos legales; de empresa y sociedad; de economía y finanzas; de innovación; de personas y organización y de marketing.
Al no ser un gremio que represente intereses sectoriales, su foco es promover la excelencia empresarial y ser un aporte al diálogo de alto nivel en torno a temáticas específicas, con un sentido de bien común y colaboración para el desarrollo del país.
Este mismo espíritu ha inspirado, desde 1976, la realización del Encuentro Nacional de la Empresa, Enade, que ha sido el foro empresarial más importante de Chile, reuniendo al sector privado, al Gobierno y a la sociedad civil, como ejemplo tangible de la colaboración público-privada.
Otra característica de Icare ha sido su capacidad para formar líderes empresariales, capacitando a generaciones de empresarios y directivos para enfrentar los desafíos de la globalización, la digitalización y el fortalecimiento del vínculo de la empresa con sus públicos estratégicos.
La celebración de la fundación de Icare es una oportunidad para renovar nuestro compromiso con los valores y principios que han guiado a la institución desde su creación. La excelencia y la colaboración siguen siendo los pilares fundamentales sobre los cuales basa su labor. Reafirmamos nuestra convicción de que el diálogo y la cooperación entre los diversos actores sociales son esenciales para alcanzar un desarrollo sostenido y equitativo.
Icare ha inspirado su gestión con un ‘tono’ de discreción y objetividad. Quienes suscribimos esta columna, hemos presidido esta institución sin otra agenda que el servicio a Chile y al desarrollo empresarial, del mismo modo que lo han hecho quienes han integrado su directorio. Cada actividad impulsada ha buscado siempre exponer distintas miradas y diagnósticos sobre un mismo problema. Esa visión amplia es el mayor aporte de Icare y el fundamento de su indiscutido prestigio.
Es importante destacar que esta conmemoración ha coincidido con el término de la labor como director ejecutivo de Manuel Vargas, tras una brillante trayectoria de cincuenta años en la institución. Pocas veces ocurre que una persona represente más genuinamente la esencia de lo que ha sido y es Icare. Como expresidentes, manifestamos nuestra gratitud y reconocimiento a su visión, a su extraordinario aporte y dedicación. Icare es lo que es hoy, en gran medida, gracias a Manuel Vargas.
A partir de ahora nuevas generaciones de empresarios y ejecutivos deberán tomar la posta para seguir construyendo el futuro de esta institución, fundamental para el presente y futuro de nuestro país.
Karen Thal, Presidenta de ICARE.
Canio Corbo; Sergio Baeza; Gustavo Vicuña; Roberto Méndez; Ricardo Bacarreza; Hans Eben; Arturo Mackenna; Fabio Valdés; Mauricio Larraín; Alfredo Moreno; Patricio Jottar; Patricio Parodi; Jorge Awad; Francisco Silva; Guillermo Tagle; Juan Benavides; Claudio Muñoz; Lorenzo Gazmuri, Expresidentes de ICARE.