Eichholz sostiene que hoy las empresas deben tener capacidad de adaptación porque se enfrentan a una ciudadanía desconfiada y empoderada; a la generación y; a un consumidor alzado; al fin del súper ciclo de los commodities; a trabajadores cada vez más consientes de sus derechos; a la judicialización de todo; a mayor regulación y a mayores impuestos. 

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Durante su presentación en el XVII Congreso de Personas y Organización de ICARE, el profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, Juan Carlos Eichholz, asegura que «la receta del éxito de los últimos 30 años ya no sirve», por lo que es necesario que las empresas en Chile tengan capacidad de adaptación.

«Es por esto que es clave la capacidad de adaptación empresarial«, expresa Eichholz

Para hacer que una empresa sea más proclive al cambio, hay cinco factores que destaca el académico UAI:

1. Una razón para existir

«Hoy no basta que las organizaciones sólo miren la última línea. Hoy las empresas tienen que preguntarse para qué existo, más allá de generar plata», sostiene Eichholz.

2. Experimentación e innovación

«El progreso se produce a través de la experimentación. En las empresas necesitamos más experimentación», afirma Eichholz como factor para conseguir la capacidad de adaptación empresarial.

3. Flexibilidad y capacidad de adaptación empresarial

«Si ponemos a jugar a la selección chilena de fútbol de 1962 contra la actual —en igualdad de condiciones—, la actual debiera ganar 7-0, no porque los jugadores de entonces no sean tan buenos como los de ahora, sino por la dinámica del juego. El juego de ahora es muchísimo más flexible y dinámico que el que se jugaba en los 60», ejemplificó el profesor de la UAI.

4. Personas con opinión y juicio propio

Para el académico, es crucial que la capacidad de adaptación pase por la capacidad de opinión del equipo. «Se acabó la era de los ‘yes man’. Es más caótico, pero necesitamos gente opinante. Es un desafío de conducción empresarial», afirma Eichholz.

5. Colaboración: pensar en la organización en su conjunto

«Las parcelas de poder son el cáncer de nuestras organizaciones. Cómo logro que en vez de estar pensando en mi interés dentro de un área, estemos pensando como si fuéramos gerentes generales, es decir, pensando en la organización en su conjunto. Muchas veces en mi área voy a tener que ceder, para que la organización gane», sostiene Eichholz en función del liderazgo personal.

En esa línea, enfatiza en que «tiene que haber interacción. Mientras más conexiones entre las personas en una organización, más inteligente y adaptativa se convierte esta», afirma para remarcar el concepto de capacidad de adaptación empresarial.

«Los códigos y lenguajes del pasado ya no nos sirven. No podemos estar pensando en que la solución la teníamos antes» — Juan Carlos Eichholz, académico UAI en ICARE

Para Eichholz «esta capacidad adaptativa explica la diferencia entre, por ejemplo, Netflix y Blockbuster. Blockbuster quebró, en cambio Netflix —que era un club de arriendo de películas en los años 80 en Los Ángeles, California– puede llegar a cualquier parte».

En esa línea, asegura que «capacidad adaptativa es lo que no tuvo Kodak cuando enfrentó el área digital. Capacidad adaptativa es lo que requieren muchas de las empresas en Chile hoy, es lo que requiere un jefe que empieza a tener en su equipo gente joven con otros paradigmas y es lo que se necesita cuando alguien es jefe por primera vez».

Liderazgo necesario para el cambio positivo

Sin embargo, para aumentar la capacidad de adaptación —ya sea a nivel personal, organizacional o a nivel país– requerimos liderazgo.

Asimismo, Eichholz asegura que «el ejercicio de liderazgo está en moverse con propósitos, buscar el sentido, que me importen las cosas y el devenir de mi organización y al mismo tiempo tomar espacios para reflexionar, para ver qué está pasando y no creerme el dueño de la verdad. Dialogo con el otro y construyo con el otro. Así se da el progreso y la experimentación».

Finalmente, el académico de la UAI advierte que «los códigos y lenguajes del pasado ya no nos sirven. Necesitamos niveles de conciencia mayores. No podemos estar pensando en que la solución la teníamos antes, no podemos tratar de construir una súper visión de hacia donde estamos avanzando, porque tampoco la tenemos. Lo único que podemos es ser valientes y atrevernos a caminar hacia lo desconocido, experimentando».