La diabetes puede causar ceguera, por ende, a cada persona con esta enfermedad hay que examinarlo. ¿El problema? Chile tiene 1,3 millones de habitantes con diabetes, arrojando casi 1.890 diabéticos por oftalmólogo. DART es un emprendimiento chileno que, en base a inteligencia artificial, consigue derivar al chequeo ocular sólo a aquellos pacientes con diabetes que tengan chance de quedar ciegos.
«La ceguera por diabetes es la principal causa de perdida de visión en la población trabajadora en Chile y en todo el mundo, a pesar de que es totalmente prevenible», asegura José Tomas Arenas, co fundador y CEO de DART, en el foro «Humanos frente a máquinas que aprenden», organizado por ICARE (para ver el video de la presentación de Arenas haga clic AQUÍ).
Arenas explica que actualmente existe una estrategia de tele-oftalmología —se toma el examen para prevenir la ceguera de manera digital en vez de presencial— esto «no soluciona el problema de la relación uno a uno entre paciente y especialista. Hay una brecha gigante entre la tasa de crecimiento de la población a atender versus la tasa de la capacidad oftalmológica».
«Para los sistemas públicos multiplica su capacidad, abarata costos y permite aportar prevención» — José Tomás Arenas co fundador y CEO de DART
Cómo funciona DART
El co fundador de DART explica que con el sistema que elaboraron —y que trabajan junto al Laboratorio de Gobierno— «el paciente llega al punto de atención, se toma un fotografía digital del ojo y estos exámenes se suben a la nube por internet. Luego estos se procesan, sin la necesidad de un especialista. Sólo se necesita la cámara, un punto de red y esa foto se procesa por un modelo de inteligencia artificial de Deep Learning que nosotros preparamos y entrenamos en base al conocimiento de expertos. Es decir, logramos empaquetar las decisiones del experto».
Asimismo, DART provee un filtro, ya que «de todos los pacientes que llegan, uno de cada cuatro posee un signo, por lo tanto esto permite que el programa filtre a los casos que tienen alguna sospecha y estos sean puestos frente a un especialista —a través de la tele-ofltamología, es decir, atención remota— para que confirme la sospecha», expresa Arenas.
Este proceso, «ya redujo en gran parte el número de exámenes a revisar. Y por eso aquí la capacidad sí da. Una vez que el especialista revisa los exámenes y dice cuál es la conducta sugerida, ahí recién se deriva al paciente para su atención presencial y su tratamiento«, sostiene Arenas al explicar que «el mayor problema se da por la falta de cobertura del examen preventivo. En Chile la cobertura llega a menos del 20% de la población diabética, pero esto permite que se revisen todos los exámenes que lleguen de manera instantánea».
No se pierden puestos de trabajo
Por otro lado, Arenas advierte que utilizar esta tecnología no reemplaza puestos de trabajo —uno de los principales temores de la inteligencia artificial— ya que «la población no está siendo atendida. Esto es algo que está al servicio de los sistemas de salud y de la capacidad oftalmológica«.
Asimismo, el CEO de DART sostiene que «para los oftalmólogos es una oportunidad, porque si hoy en día dentro sus horas están informando exámenes no alterados, ahora quintuplican su capacidad y ven sólo casos alterados, dedicándose a donde más entregan valor, que es en el tratamiento y seguimiento».
En esa línea, Arenas afirma que «para los sistemas públicos multiplica su capacidad, abarata costos y permite aportar prevención. Nuestra propuesta es desde duplicar a quintuplicar la capacidad oftalmológica y prevenir la causa más frecuente de perdida de visión en todo el mundo».
- Para descargar la presentación de José Tomás Arenas en el foro «Humanos frente a máquinas que aprenden», organizado por ICARE, haga AQUÍ.