La vocación política de José Antonio Viera-Gallo es una herencia familiar.
Antonio, su abuelo, fue ministro de Hacienda en 1920, y José, su padre, fue diplomático en Argentina, Francia, Perú, Portugal y República Dominicana.
De ahí su trayectoria política se dio de manera natural y mientras estaba en la universidad, comenzó a militar en la Juventud Conservadora. Sin embargo, su paso finalizó cuando lo expulsaron por promover ideas contrarias al Concilio Vaticano II (1962 – 1965), tales como la libertad religiosa y la separación de la iglesia y el Estado.
Posteriormente, militó en el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU), y fue en ese momento cuando Salvador Allende le ofreció ser subsecretario de Justicia (1970 – 1972).
Para conocer más de su trayectoria política, su visión del proceso constitucional y capítulos desconocidos de su vida pública, fue invitado el 6 de agosto al ciclo “En Persona”, conducido por Cristián Warnken.
La figura de Allende
“El último día que estuve con él fue el día antes del golpe de Estado cuando me invitó a tomar desayuno. […] Sin transmitírmelo directamente me dio a entender que ya no había salida”, dice José Antonio al recordar su última reunión con Salvador Allende.
En su opinión, el expresidente “quedó en una coyuntura muy difícil de comprender desde los ojos de hoy en que la sociedad chilena estaba extremadamente tensionada”.
A partir de ese diagnóstico, el exministro cree que su proyecto político ya no tenía espacio.
“Fue el último intento de una época que se iba y que tenía la ilusión de una generación marcada por mayo del ‘68, la lucha contra la guerra de Vietnam, muy imbuida en los movimientos revolucionarios de la descolonización de posguerra y con una visión —no del todo correcta— impactada por la revolución cultural china”.
Asimismo, el transcurso impulsó los proyectos económicos y políticos en otra dirección.
“El mundo dio un giro radical en otra dirección, la de la globalización, el mercado neoliberal. Allende fue el último gran líder que expresó los anhelos de justicia”.
No obstante, destaca el reconocimiento internacional que tenía Allende y que se vio en el discurso que dio el 4 de septiembre de 1972 en Nueva York.
“La Asamblea General de Naciones Unidas lo aplaudió de pie, como solo lo he visto con Mandela, pero eso no quiere decir que el proyecto político que él encarnaba tuviera viabilidad. Creo que ya no la tenía”, señaló.
El Proceso Constitucional
La presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, afirmó en una entrevista con Revista YA que “el gran error que cometimos el 18 de octubre fue quedarnos callados. No salir a defender con fuerza las ideas, los logros de nuestro gobierno. Y no condenar tajantemente la violencia”.
Desde la perspectiva de Viera-Gallo, la equivocación también pasa por otro ámbito.
“Sí erramos fue en decir ‘mire, la solución es un pacto para una nueva Constitución’”.
“Lo que se debió haber hecho tal vez es eso, pero sobre todo un pacto inmediato de carácter social, porque eso era lo que estaba demandando la ciudadanía”, enfatizó.
Acerca de la evolución del proceso constitucional, el académico aún se sorprende con los resultados del Plebiscito Constitucional 2022.
“Siempre pensé que iba a ganar el rechazo, pero nunca pensé que iba a ser tan grande”, expresó sobre lo que ocurrió el pasado 4 de septiembre.