Tímida y observadora; dos características de la personalidad de Mariane Krause que salieron a flote durante su niñez.
Amante de la poesía y la música (una década de su vida al piano), encontró en la observación un refugio.
Esto, sin duda, fue encaminándola hacia un genuino interés por la psicología y el deseo de comprender la mente humana.
«Quería entender qué hay detrás de las acciones y las motivaciones de las personas», señaló.
La actual decana de la Facultad de Ciencias Sociales UC fue la invitada del capítulo 35 de la cuarta temporada de nuestro ciclo En Persona.
En dicho episodio, emitido el domingo 4 de diciembre, la académica de Psicología UC conversó con Cristián Warnken sobre distintos temas, entre ellos depresión, salud mental, bienestar emocional, sus estudios en Alemania y su trabajo en el área de la psicología comunitaria.
La pandemia acentuó la depresión, pero la hizo visible
Krause no se refiere a la depresión como una enfermedad o un trastorno.
Desde su mirada, se trata de una condición no permanente que «es fuertemente reactiva a lo que estamos viviendo».
«Uno no nace depresivo, uno se vuelve depresivo por cosas que nos pasan en la vida», aseveró.
Para la académica, la depresión es «el problema» de nuestros tiempos y guarda relación con lo que ella llama «la pérdida de los vínculos».
Antes de la pandemia, Chile tenía un 15% de sintomatología depresiva y un 5% de depresión detectada, detalló.
Pero con la irrupción del Covid-19 y las medidas de aislamiento esta realidad se acentuó.
Sin embargo, lo vivido en los últimos dos años produjo una paradoja: «Por un lado acentúo este problema, pero la parte positiva es que lo hizo visible», aseguró.
Asimismo, destacó que en Chile este problema afecta a cinco mujeres por cada hombre, siendo las mujeres de más bajos ingresos y las que están en fase de crianza las que presentan un mayor índice de depresión.
El impacto de la «violencia invisible»
A su vez, la directora del Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad señaló que el país «está padeciendo una enfermedad sociocultural que está fuertemente cruzada por nuestras inequidades».
Además, dicha realidad se profundiza con la caída de los niveles de confianza y el aumento del individualismo social.
Krause añadió que paralelamente hay un incremento de la sensación de inseguridad y vulnerabilidad, pero enfatizó las consecuencias de «una violencia que es invisible y ha permeado nuestra sociedad: la violencia en el trato».
La decana explicó que esa violencia cotidiana va al germen que motiva las otras violencias más visibles y tienen mucho que ver con las relaciones de poder.
«Quien es violentado es el que tiene menos poder y eso en Chile significa menor poder político y económico», puntualizó.