“En esa casa yo solo escuchaba hablar sobre el pasado”, cuenta Enrique Krauze, de años de su infancia en la que vivió como el único hijo, abuelo y bisnieto nacido en México. Sus antepasados eran polacos y fue alrededor de 1930 que llegaron a instalarse en la capital, en Parque México.
De ahí proviene su nuevo libro, “Spinoza En el Parque México”, inspirado en la vida del filósofo Baruch Spinoza.
Además de historiador y ensayista, Krauze es Ingeniero y ha tenido experiencia en la empresa, como dijo el conductor, Cristián Warnken: “Cuesta encontrar una figura intelectual en Latinoamérica que concilie estos dos mundos”.
En este, el capítulo número 32 del programa En Persona, transmitido el domingo 13 de noviembre a través de ICARE TV, conversaron sobre los libros del invitado, su interés en las biografías como método para contar la historia, eventos que han marcado la línea de tiempo de México, entre otros temas.
Biografías como forma de narrar historia
La historia de México, en parte, ha sido contada a través de biografías escritas por el historiador Enrique Krauze. Warnken comenzó el programa mencionando algunos: “Son libros fascinantes que me han enseñado mucho sobre México. Como: ‘Siglo de caudillos’, ‘Mexicanos eminentes’, ‘La presidencia imperial‘. ¿Por qué tomas el camino de la biografía para entrar en la historia de México?”, le preguntó.
A lo que el historiador respondió que se debe un poco a su formación de infancia, leyó muchas biografías inspiradas en personajes bíblicos, pero que también se debía a otra razón. “La historia de México, sobre todo la historia política, ha estado muy concentrada en caudillos y presidentes. Es tal su concentración, que casi su biografía y psicología se transmite a la historia y se vuelve historia. Son monarcas absolutos. Esa es una de las razones por las cuales me interesó siempre hablar de la historia de México a través de sus personajes”.
Momentos clave en la historia mexicana
Continuando con la entrevista, Warnken le preguntó al invitado sobre tres momentos clave en que podría definir el curso o el devenir de la historia mexicana.
“Se independiza México de España en una guerra cruenta entre 1810 a 1821. No lo logra, no logra vertebrar a una nación. Luego pierde la mitad del país en una guerra con Estados Unidos. Hay una minoría liberal que lucha con los conservadores e instaura una República democrática federal. Dura muy poco tiempo. Sigue una larga dictadura liberal, progresista, digamos de él ‘Portales mexicano’, que es Porfirio Díaz. Dura hasta el siglo XX donde estalla una nueva revolución. México es un país donde ocurren revoluciones violentísimas cíclicamente. Dura de 1910 a 1920, hubo un millón de muertos, pero después de eso, viene una larga época de paz y construcción. A fin de siglo, se logra la democracia y la libertad en México”, explicó y se adelanta a la actualidad.
“Desde 1997 somos una democracia, pero ¿qué ocurre? En este momento la democracia está en vilo porque un gobierno, se parece a un gobierno populista. El peligro es que sea un caudillo más de México. El populismo, que es el culto a la personalidad, la imágen mesiánica del caudillo, que es la movilización perpetua de las masas, la polarización de la política, la invención de un enemigo externo e interno. No importa si es de izquierdas o derechas, el populismo tiene mucho de los totalitarismos del siglo 20. Es como una mutación de los totalitarismos del siglo XX, en el XXI. Desgraciadamente en México, tenemos un gobierno populista que llegó con los votos de la democracia pero que puede acabar con ella. Yo creo que los países deben resistir la tentación populista”.
Unión entre el mundo intelectual y empresarial
“Cuesta encontrar una figura intelectual en Latinoamérica que concilie estos dos mundos”, dijo Warnken refiriéndose al mundo intelectual y empresario. “Tu creciste en la imprenta de tu familia y has sido un empresario cultural. Has dicho que la empresa es un espacio natural para la creatividad”, agregó el conductor.
En esta línea Krauze contó sobre la experiencia que tuvo en la empresa de su familia y otras imprentas en que trabajó. “Aprendí muchísimo como pequeño empresario. Respetar a los empresarios, que tienen que pagar un sueldo cada quincena, la difícil labor de vender. Esto no me convierte en un capitalista fanático ni mucho menos. Creo en el papel del Estado, pero al mismo tiempo creo que en las universidades muchas veces y en la vida académica, en la pirámide académica, no se entiende la función del empresario. A mi me ha gustado el mundo de la empresa pero yo no quise ser un empresario de la imprenta. Después me dediqué a lo que llamamos empresa cultural: editorial, revista, productora de documentales”, contó el historiador el domingo 13 de noviembre a través de ICARE TV.