Pablo Ortúzar nació en Puerto Varas, lugar en el que, durante su juventud, se movió por varios mundos «sin pertenecer a ninguno».
«Era un lugar donde no tenía espacio», dijo, al tiempo que resaltó el desarrollo de una identidad «sin muchos moldes».
Ese constante movimiento hizo que cambiara de colegio en varias ocasiones, en uno, incluso, lo echaron.
«Dijeron que no tenía futuro y cuando me aceptaron en Oxford me invitaron a dar una charla en el centro de alumnos», contó, rememorando dicha anécdota con una leve sonrisa.
Este y otros aspectos de su vida personal y profesional fueron tocados por Ortúzar durante el trigésimo cuarto programa del ciclo En Persona.
Este espacio, conducido por Cristián Warnken, fue emitido a través de ICARE TV y EMOL el domingo 10 de enero.
«El estatismo de la izquierda me desilusionó»
«Yo pensaba que la izquierda tenía un estándar moral ético superior», señaló Ortúzar, al recordar sus años en la izquierda.
Sin embargo, explicó que comenzó a desilusionarse consigo mismo y con el «estatismo de la izquierda».
«Sus redes estaban muy vinculadas al mundo del Estado; gente que pensaba que expandir el Estado era mejor porque ampliaba su propia capacidad de acción«, manifestó.
Sobre la nueva izquierda, la de los últimos años, el investigador del IES apuntó que «tenía poca esperanza respecto al Frente Amplio», aunque señala a Gabriel Boric como uno de los más destacados de su generación.
«El resto es de un cinismo profundo y se mueven en un plano de las apariencias», añadió.
«El Estado nos quedó chico»
Por orto lado, Ortúzar también se refirió a la derecha y su papel durante las últimas décadas.
En ese sentido, aseveró que «no fue capaz de procesar las consecuencias de construir una sociedad de clase media».
«La derecha utilizó los mecanismos estabilizadores que entregaba la Constitución del 80 para defender hasta el final un orden que tiene un ascensor desde la clase baja hasta la clase media y nada más«, expresó.
Además, apuntó que «hoy tenemos una estructura institucional que está totalmente disociada de la estructura social».
Asimismo, el también antropólogo señaló que «el Estado que tiene Chile hoy es una de las versiones más poderosas y mejor articuladas que ha tenido en su historia».
«Pero nos quedó chico […] Se espera mucho más de él y está mostrando deficiencia que nadie esperaba», agregó.
Ortúzar puntualizó que el Estado responde con sus herramientas a las cosas que nos están pasando, pero «no está anticipando escenarios que están por venir».