Todo empezó con un momento AHA. Hasta entonces, Karina Cisterna simplemente se había dejado llevar por la vida. ¿Qué fue lo que desató este cambio? ¿Cómo fue que encontró su propósito?
A continuación, te invitamos a conocer su historia de búsqueda donde no había probado antes: en ella misma.
La primera Karina
Karina nació en una familia muy humilde, pero con un mensaje muy claro: la educación es la única vía para cambiar las cosas y mover la aguja. Con eso en mente, sus padres lucharon por que pudiera estudiar en un colegio subvencionado que le diera acceso a mejores oportunidades.
Karina era ordenada, disciplinada y muy buena estudiante. “Nunca me cuestioné nada, fui por el camino que me iban marcando dejándome llevar”, recuerda.
Estudió Ingeniería Civil Industrial por recomendación de una profesora, consiguió una beca y al finalizar sus estudios, se incorporó al sector de la minería sin pensar si era o no lo que quería. Tiempo después, decidió dar un giro a su vida y postuló a una beca para el Global MBA de la Universidad de Chile. Quería salir al extranjero y ampliar su visión del mundo y, aunque no lo supiese, quería encontrar su propósito.
El primer momento AHA
Su etapa durante el intercambio con la Universidad China de Honk Kong (CUHK), fue ese primer momento AHA que cambió algo en ella, como si despertase al mundo. Al estar en contacto con diferentes realidades, abrió los ojos a otras culturas, a la diversidad, reformuló el sentido de la amistad, del amor e, incluso, de su lugar en el mundo.
Al volver a Chile era otra persona llena de ideas e ilusiones, con una página en blanco por escribir y dispuesta a rediseñar su vida. Fue entonces cuando estaba tomando un café con dos compañeras con quienes soñó AHA Inclusión, un emprendimiento dirigido a apoyar a las organizaciones en el proceso de transformación hacia la inclusión.
Liderazgo fallido
“Fueron los dos peores años de mi vida”, recuerda afirma Karina. «Me enseñaron lo peor de mí, fue muy duro. Nunca me había puesto metas difíciles y esta era demasiado para una persona que, en ese entonces, era insegura, que sentía que no podía y que se le cerraban todas las puertas», afirma.
“Las empresas no estaban aún preparadas para entender el valor de la diversidad y yo no estaba preparada para hacérselo ver”.
La nueva Karina
Karina gastó todo lo que tenía en el proyecto y, cuando estaba a punto de tirar la toalla, invirtió sus últimas $300 lucas en acudir a Comunidad Mujer y pedir una mentoría. Pero no una cualquiera: “Tenía claro que quería que mi mentora fuese María Elena Sanz», dice. Y ese fue su segundo momento AHA.
“María Elena me ayudó a confiar en mi misma y en AHA Inclusión, y generó un cambio en mí que supuso un antes y un después, y que inculcó el valor de la AUTOCONFIANZA. Supe que el cambio estaba en mí y dejé de pedir perdón por presentar mi proyecto, cambió mi actitud y me atreví a ir a todas. Entonces, todo despegó”, señala.
Con el boom de la Ley de Inclusión, AHA ya estaba muy bien posicionada y trabajaban con todas las grandes empresas pioneras y visionarias en materia de diversidad e inclusión, entre ellas, Sodexo, SMO, Salcolbrand.
Promociona Chile
“Promociona me aportó una plataforma increíble de oportunidades y una red profesional de mujeres secas con las que mantener conversaciones de primer nivel en todos los ámbitos. Cuando nos dieron el Premio de la Selección Nacional de Pymes en La Moneda, estaba a en un asado con 40 personas, entre ellas el Presidente Sebastián Piñera y el presidente de la CPC, Alfonso Swett.
El subsecretario de Economía, Fernando Alvear, fue una de las autoridades que asistió al encuentro y cuando estaba conversando con él, me di cuenta del poder que tiene la marca si sabes optimizarla y hacerte visible. Esta premisa me dio la oportunidad de conversar con las personas que toman las decisiones, sobre mi proyecto, Promociona y muchos aspectos. Por lo mismo, estaba en las conversaciones y había dejado de ser invisible”.
Conclusiones AHA
“La sociedad nos hace cuestionar nuestras capacidades, lo que podemos hacer y lo que no, pero muchas barreras son fruto de nuestros propios sesgos y ahí sí que podemos influir de forma directa y generar cambios. Si no puedes cambiar una situación, el desafío consiste en cambiarnos a nosotras mismas con respecto a ella. Mi aprendizaje, y mi consejo, es que debemos llevar las riendas de nuestra carrera profesional y no dejar que las cosas sucedan, sino HACER que sucedan”, afirma la nueva Karina, quien hoy pisa fuerte hacia sus metas.